El tabique desviado es una anomalía que, según fuentes médicas, se estima que la sufren aproximadamente el 60 % de las personas. Comúnmente, el tabique desviado tiende a estrechar o bloquear una de las fosas nasales.
Las alteraciones en la forma o en el crecimiento del septo (tabique) nasal, pueden ser de origen congénito (de nacimiento), desarrollarse durante el crecimiento o desarrollarse como consecuencia de un traumatismo (golpe).
Los síntomas principales que aparecen son: dificultad para respirar por la nariz, dolores en la 'cara y en la cabeza, la sensación de sequedad nasal, la 'alteración de la mucosidad' y secreción nasal y 'favorecer el sangrado nasal.
La dificultad para respirar por la nariz de forma natural, obliga a la persona a respirar por la boca, en especial durante el periodo nocturno o cuando duerme, causando otros síntomas como la sequedad de boca, los ronquidos, el síndrome de apnea obstructiva durante el sueño, faringitis y espesor de las secreciones de la garganta, e incentivando la sinusitis (inflamación de los senos del cráneo).
El tabique nasal es parte de la estructura de la nariz humana.
Es una estructura laminar osteo-cartilaginosa ubicada en la parte media de la pirámide nasal, de disposición vertical y antero posterior. Forma la pared interna de ambas fosas nasales. Consta de lámina perpendicular del etmoides, cartílago cuadrangular del tabique nasal, y el vomer. (**)
El tabique en su forma normal está situado verticalmente recto en medio de la nariz, existiendo espacio suficiente para que se pueda respirar por cualquiera de las dos fosas nasales. Siguiendo el ciclo de los cornetes, entrara aire por una fosa nasal y luego por la otra, alternativamente.